Cuatro relatos – José de Arteche Aramburu

Descripción

A lo largo de sus catorce libros y de sus centenares de artículos, José de Arteche, nacido en Azpeitia en el año 1906 y actual director de la Biblioteca provincial de Guipúzcoa, se ha consagrado como uno de los literatos más fecundos y significativos del País Vasco. En su «Vida de Jesús», testimonio de su alma reciamente cristiana, en sus biografías de personajes vascos —San Ignacio y San Francisco Javier, Elcano, Urdaneta, Legazpi, Lope de Aguirre y Saint Cyran— y en los retratos, estampas y crónicas de Mi Guipúzcoa, Caminando, Mi viaje diario, La paz de mi lámpara y ¡Portar bien!…, Arteche logra cautivar la atención del lector con la fuerza de su prosa sobria y directa, entrañable y cordial.

Escritor de profunda e irreprimible vocación, conocedor del alma vasca en, sus raíces más recónditas, y enamorado ardiente de su país natal, sabe identificarse como nadie con la psicología y el ambiente de sus biografiados y contagiarnos sus emociones y sus reacciones ante los hechos, los hombres o el paisaje.

Bastarían estos CUATRO RELATOS, tan diferentes y tan apasionantes cada cual en su estilo, para dar fe de la recia personalidad literaria de José de Arteche y de sus singulares dotes de narrador, sin concesiones a la fantasía, con veracidad de historiador leal, y al mismo tiempo con ese «sentir el tema y poner su alma en él» de que sólo es capaz el literato auténtico en, plena madurez de su arte.

El primero de ellos, «El cura Areyzaga» el de las casi fabulosas peripecias del héroe del patache «Santiago», del cura de Zumaya que acompañó en su expedición a Elcano y que, después de trasponer el Estrecho de Magallanes, es lanzado Pacífico arriba hasta arribar con su navío a Méjico, tiene para el lector de hoy el creciente interés de una novela de aventuras y el valor histórico de una crónica del siglo XVI, del tiempo de nuestros navegantes y conquistadores.

«Confidentes en Lastaola» nos descubre una faceta inédita de la segunda guerra civil: la del espionaje liberal tratando de minar y corromper con onzas las filas del Ejército carlista. La confidencia de un sepulturero y la tragedia oculta de una joven madre sirven de tema a «Un secreto entre dos enemigos», narración intrigante, que seduce desde el primer momento y que aparece envuelta en una niebla de misterio y piedad.

El último de los relatos «Viático en el Palacio Real» «historia para niños cercanos a los ángeles», breve y encantadora como una miniatura romántica, tiene por personaje a una bella y humilde «caserita» de Eibar que terminó sus días en el palacio de la Plaza de Oriente, y en circunstancias tan extrañas como conmovedoras.—J. Mª. I.

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